La iniciativa busca extender la operación hasta 2051 y asegurar una transición hídrica sostenible. La recomendación técnica del SEA es favorable y la decisión está en manos de la Coeva.

Este jueves 15 de mayo será una jornada determinante para el futuro de Minera Zaldívar, que actualmente opera con autorización vigente solo hasta el 31 de mayo. Ese día, la Comisión de Evaluación Ambiental de Antofagasta (Coeva) votará el proyecto “Extensión de Vida Útil con Transición Hídrica”, una iniciativa que permitiría mantener la producción hasta 2051, con una inversión estimada de US$1.200 millones.
El proyecto de la minera contempla mantener la tasa de extracción actual de 260 mil toneladas diarias y una producción anual de 176 mil toneladas de cobre fino, sin aumentar su escala, pero adaptando su fuente hídrica hacia soluciones más sostenibles.
Recomendación técnica favorable
El Informe Consolidado de Evaluación (ICE) emitido por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) la semana pasada recomienda aprobar el proyecto, tras concluir que cumple con toda la normativa ambiental vigente y con los requisitos técnicos de los permisos sectoriales aplicables.
Además, el ICE señala que se han establecido medidas apropiadas de mitigación, compensación y control ambiental, de acuerdo con el artículo 11 de la Ley de Bases Generales del Medio Ambiente.
Transición hídrica planificada
El proyecto contempla una etapa de tres años con extracción desde los pozos actuales en Negrillar (Peine), mientras se habilita un sistema para utilizar agua de mar, ya sea de fuente propia o provista por terceros autorizados. Esta transición busca asegurar la operación sin comprometer los recursos subterráneos a largo plazo.
Una de las novedades incluidas en la tercera Adenda Complementaria es que el agua para medidas de compensación en Negrillar provendrá desde Neurara, lo que irá acompañado de un sistema de monitoreo para verificar su comportamiento ambiental.
Compromisos con comunidades
El rediseño de la planta de tratamiento de agua garantizará que la calidad del recurso inyectado sea equivalente al extraído, tanto en la fuente como en el punto de reposición. Asimismo, se fortalecieron los acuerdos con comunidades indígenas para asegurar un uso respetuoso de otros recursos naturales en el área del proyecto.