AES Andes defiende sostenibilidad del proyecto INNA y descarta impacto en la observación astronómica

La empresa valoró el proceso de participación ciudadana en curso, reafirmó su voluntad de diálogo y aseguró que la iniciativa cumple con los más altos estándares ambientales.

En medio del debate público que ha generado el proyecto INNA, AES Andes salió a aclarar su postura. A través de una declaración pública, la empresa aseguró que la iniciativa —actualmente en evaluación ambiental— se basa en estudios técnicos robustos, recoge aportes del proceso participativo en curso y mantiene una política de puertas abiertas con los diversos actores del territorio.

“Desde el inicio, hemos estado disponibles para dialogar con la comunidad científica, con las comunidades indígenas, con los vecinos del territorio y con las autoridades”, expresó la compañía, destacando que esa disposición ha estado presente tanto en la etapa previa como en la fase actual del Estudio de Impacto Ambiental.

Hasta ahora, se han ingresado más de 700 observaciones ciudadanas al proceso, y aunque todavía no se publica el informe ICSARA ciudadano, AES indicó que está preparando las respuestas al primer ICSARA técnico, en paralelo a la revisión completa del expediente ambiental.

Relación con la ciencia

Uno de los temas que más inquietudes ha generado en la opinión pública es el eventual impacto del proyecto en la calidad de los cielos del norte de Chile, fundamentales para la astronomía mundial. AES fue clara en su declaración: el proyecto INNA, afirmaron, “es completamente compatible con la observación astronómica” y no pone en riesgo el funcionamiento actual ni futuro de los telescopios en la zona.

La empresa recordó que la ubicación del proyecto fue definida por el Estado como zona preferente para el desarrollo de energías renovables, según la Política de Planificación Energética de Largo Plazo.

Medidas por sobre la norma

En cuanto a las emisiones lumínicas, la compañía recalcó que está aplicando medidas que van más allá de lo exigido por la normativa vigente. Esto incluye lo dispuesto en el decreto del Ministerio del Medio Ambiente de octubre de 2024 y la guía técnica publicada por el SEA en mayo de este año, con criterios específicos para evitar afectación a instalaciones astronómicas.

En su declaración, AES descartó de plano cualquier intención de cancelar o relocalizar el proyecto. Según afirmaron, hacerlo implicaría dilatar innecesariamente una oportunidad estratégica para que Chile consolide su liderazgo en hidrógeno verde. “La sostenibilidad de este proyecto se apoya en evidencia técnica, en el cumplimiento ambiental más exigente y en una relación respetuosa con el territorio”, agregaron.

Un proyecto de gran escala

El proyecto INNA se ubica en la comuna de Taltal, Región de Antofagasta, y considera una inversión cercana a los US$10.000 millones. Su diseño incluye tres parques solares, tres parques eólicos, una planta desaladora de 326 litros por segundo, una planta para producir hidrógeno y amoníaco verde, y un terminal marítimo para exportación.

Durante su etapa peak de construcción —prevista a partir de 2027— se proyecta que trabajarán más de 5.000 personas. El proyecto forma parte de los planes de Chile para avanzar en su Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde y liderar el desarrollo de energías limpias a nivel global.

Últimas Noticias